| Manu | Fecha: Domingo, 14-12-2014, 9:13 PM | Mensaje # 1 |
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| Los bateeiros sostienen que el molusco se cae al fondo de la ría en menos de un año, incluso en zonas donde antes aguantaba catorce meses y duros temporales »Al menos la escasez hace que aumente el precio del producto.
Los bateeiros gallegos dicen asistir a un inusual e inexplicable desprendimiento de mejillón en sus parques de cultivo que se suma a las pérdidas causadas por los temporales y la proliferación de una anémona que causa el mismo efecto, como ya denunciaron hace más de un año. Esta vez sospechan que "puede tratarse de alguna bacteria o enfermedad", o incluso de una deficiente alimentación que lo estaría debilitando. Además recalcan que las dificultades de sujeción que se aprecian en las cuerdas de los viveros flotantes también se hacen evidentes con la mejilla (semilla) que crece en las rocas del litoral.
El único consuelo que parece quedar al sector productor es que ante la escasez parece haberse incrementado el precio del producto en los muelles, y eso se antoja positivo después de un mes de trabajo a máxima intensidad tanto en los puertos como en las depuradoras, cocederos y conserveras, que tratan de recuperar el tiempo perdido tras dos años marcados por los prolongados episodios tóxicos, que pronto pueden regresar.
Pero esta subida puntual de precios -así como el hecho de que la campaña de Navidad esté ya salvada gracias al stock acumulado-, no tranquiliza a los productores, ya que consideran que "algo extraño está pasando en las rías, y tanto si es a causa de una bacteria como debido a los depredadores, la contaminación o a grandes obras y rellenos que pueden provocar el cambio del régimen de corrientes marinas, lo cierto es que cada vez las bateas generan menos producción, y la poca que hay se va al fondo con facilidad".
Los bateeiros sugieren que "a causa de los mismos motivos, rías como la de Arousa, considerada por la FAO una de las principales reversas mundiales de fitoplancton, parecen recibir cada vez menor cantidad de nutrientes, lo cual se traduce en peores condiciones para el cultivo de mejillón y de todo tipo de bivalvos".
Tanto es así que algunos explican que "en zonas donde el mejillón aguantaba sin problemas hasta 18 o 20 meses, o bien catorce en el supuesto de estar sometido a fuertes temporales, ahora se desprenden en menos de un año". Y no solo eso, sino que en polígonos resguardados "donde los desprendimientos no se producían nunca ahora se están apreciando importantes pérdidas por este motivo".
Explican, asimismo, que cuando se producen episodios tóxicos tan fuertes como los vividos en los dos últimos ejercicios, el cierre de bateas obliga a dejar el mejillón colgado en las cuerdas; esto hace que gane peso y que poco a poco acabe desprendiéndose, sobre todo en cuanto llegan los temporales de otoño e invierno. "Pero esta vez estamos observando que se cae con mucha mayor facilidad, por lo que nos estamos encontrando cuerdas totalmente vacías cuando vamos a subirlas para vender", explican en el sector. Lo peor, añaden, es que "estos desprendimientos van a intensificarse ahora que cambia el tiempo y llegan los temporales".
Algunos de los productores que se encuentran con esta situación en sus parques de cultivo explican que "ya ni siquiera se puede elaborar mejillón de tamaño grande para los clientes que lo reclaman, pues no aguanta lo suficiente en las cuerdas como para crecer, y esto, lógicamente, va en detrimento de la calidad".
Otros argumentan que al llegar a sus bateas se encuentran que "cuerdas de las que sacábamos entre 18 y 20 sacos apenas dan para cuatro o cinco", por lo que pronostican que "si bien la campaña de Navidad está a salvo, habrá problemas de abastecimiento en meses posteriores, tanto en el mercado de fresco como en el caso de algunas conserveras".
En resumen, que "algo extraño ocurre en la ría de Arousa y nadie sabe de qué se trata, pero lo cierto es que el mejillón no crece como lo hacía o se desprende antes de tiempo", reflexionan los bateeiros.
Y aprovechan para incidir en lo explicado ayer sobre la creciente improductividad de las aguas arousanas, explicando que "con las corrientes transoceánicas cada mes de octubre se introducía en la ría agua casi congelada, cargada de nutrientes, con la que se renovaban las aguas ya agotadas y se generaba riqueza; pero puede que a causa de los puertos exteriores y otras obras que modificaron el régimen de corrientes, tanto este año como el pasado esas corrientes frías y ricas ya no llegaron, apreciándose que la temperatura del agua de la ría no descendió".
Los bateeiros hablan también de la peligrosa acumulación de sedimentos en el fondo de la ría, y como en ocasiones anteriores algunos solicitan que se autorice de nuevo el empleo del cansito.
Ya hace más de un año que se propuso a la Consellería do Medio Rural e do Mar la autorización de aparejos como el "can da ameixa", antes llamado "cansito" -cuando era arrastrado desde las pequeñas lanchas de los mariscadores de a flote-. Los defensores de esta práctica sostienen que "al utilizar de nuevo el 'cansito' estaremos oxigenando el fondo marino, y con ello permitiremos la recuperación de especies de interés comercial, al tiempo que acabaremos con depredadores como la estrella de mar, cada vez más abundantes".
Hay que tener en cuenta que el "cansito" se utiliza, o al menos se usó en los últimos tiempos, para regenerar los bancos marisqueros de determinadas cofradías, como por ejemplo la de Cambados. Lo que se propone, cada vez con más ímpetu, es extender su empleo al conjunto de la ría, para así tratar de revitalizarla y recuperar el esplendor perdido.
Cuando en septiembre del año pasado se planteó en FARO la posibilidad de recuperar el "cansito", el entonces patrón mayor cambadés y presidente de la Federación de Cofradías, Benito González, confirmaba que dicho aparejo es "muy bueno" para regenerar el sustrato, a lo que añadía que "al no utilizarse tanto como antes el rastro de la vieira y otros útiles semejantes es evidente que cada vez el fondo está menos oxigenado", a lo que añadían los bateeiros que "se agrava la degradación del fondo marino, porque antiguamente el 'cansito' que empleaban las planeadoras ayudaba a sanear el lecho de la ría, pero desde que esas y otras artes de pesca dejaron de utilizarse, la productividad va a menos".
*Noticia de Faro de Vigo
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