| Manu | Fecha: Miércoles, 21-01-2015, 9:11 PM | Mensaje # 1 |
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| Lamenta que mejilloneros sancionados critiquen la labor de los Gardacostas.
A la consellería de Mar le han caído como un jarro de agua las críticas vertidas por los mejilloneros que fueron sancionados tras las inspecciones hechas a las bateas a finales del mes de noviembre, en las que muchos de ellos tenían cuerdas chicoteadas -dobladas a la mitad- sin haberse abierto el plazo legal para hacer esta práctica. Ayer, envió un largo comunicado hablando de este asunto. La Xunta dejó claro que la inmensa mayoría de los mejilloneros cumplían la ley. De hecho, indica que el porcentaje de viveros flotantes multados es menor del 25% con respecto a todos los que se inspeccionaron. En números absolutos, Mar precisó que se revisaron 199 bateas y que 152 estaban dentro de la ley, con lo cual se deduce que las multas fueron un total de 47.
Mar, sobre todo, lamenta que mejilloneros sancionados recelasen de las inspecciones hechas y dijesen que es humanamente imposible que se contabilizasen todas las cuerdas porque hay actas levantadas con minutos de diferencia. A ese respecto, Mar señaló que no es de recibo que se pongan en duda las labores de control e inspección llevadas a cabo desde el servicio de Gardacostas para velar por el cumplimiento de la normativa vigente en materia de cultivo de mejillón.
En distintos polígonos
La consellería también indica que hizo las inspecciones de noviembre dentro de los controles rutinarios que lleva a cabo en distintos sectores. Apunta que no se realizaron solamente en un polígono -los perjudicados denuncian que se cebaron con el Vilagarcía A- sino que se hicieron de manera simultánea en distintas zonas «e tiveron lugar en varias tandas». La consellería también justifica por qué se actuó primero en el Vilagarcía A. Explica que fue el que antes abrió tras el prolongado cierre por toxinas del pasado otoño.
Precisamente, por tratarse de un momento clave por el inicio del fin de la toxina, la Administración consideró que había que ser exhaustivo con los controles:
«Nese contexto, a Xunta debe extremar todas as precaucións e velar porque non se cometan prácticas fraudulentas no proceso produtivo especialmente nun momento no que se poden poñer en risco a saúde pública e no que un incremento de produción, empregando un maior número de cordas ao permitido, supón un agravio comparativo respecto doutros profesionais que, a pesar de cumprir a lei, están a sufrir un cese temporal obrigado na súa actividade produtiva e económica», dice la consellería.
Presunción de veracidad
La Xunta dice que una Administración no puede consentir ni amparar supuestas prácticas fraudulentas y que tampoco puede tolerar que se ponga en duda el trabajo de los Gardacostas, que como agentes de la autoridad que son gozan de presunción de veracidad. Indica que cualquier disconformidad con las inspecciones realizadas debe denunciarse por los canales legalmente establecimientos«pero non se pode consentir a crítica pola crítica nin que se poña en tela de xuízo o traballo destes profesionais».
La Xunta habla también de la circular que envió hace unos días al sector. Señala que en este escrito se clarean y precisan las sanciones. Y que además se explica a los mejilloneros el procedimiento empleado. También se recoge el derecho de los afectados a poner alegaciones.
Hasta ahí, el comunicado de la Xunta. Ahora, queda por saber qué ocurrirá con las sanciones y con las alegaciones que los bateeiros ya tienen previsto presentar. La mayoría de los afectados son de Rianxo, tanto pertenecientes a la agrupación Aspromeri como a A Rianxeira. Hay sanciones de muy diversa índole. Los perjudicados defienden a capa y espada que no excedían la producción, sino que su único problema era tener chicoteadas las cuerdas fuera de plazo.
*Noticia de La Voz de Galicia
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