| Manu | Fecha: Sábado, 10-01-2015, 10:34 AM | Mensaje # 1 |
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| El bioensayo en ratones ha dejado de practicarse para detectar lipofílicas.
El bioensayo ha dejado de ser el método de referencia para el control de toxinas del grupo lipofílico en los productos del mar. Así que, desde el 1 de enero, en el Intecmar solo se realizan esas pruebas utilizando el método químico mediante cromatografía de líquidos con detector de espectrometría de masas. El centro de Vilaxoán ha asumido este cambio de escenario con la mayor de las tranquilidades. A fin de cuentas, este nuevo sistema de trabajo se ha estado afinando durante los últimos años, en los que este método convivió con el tradicional bioensayo en ratones.
Covadonga Salgado, la directora del Intecmar, asumió ayer la difícil tarea de explicar que su departamento está en condiciones de aplicar con todo el rigor necesario un método que no le gusta ni a ella, ni a la Xunta, ni a parte del sector. ¿Las razones? Que es un sistema «máis lento, máis custoso e non máis seguro». Esos tres argumentos llevaron a la Administración autonómica a intentar evitar que el sistema químico sustituyese al bioensayo. De hecho, en el 2011 se presentó un recurso de anulación sobre el que aún no se ha pronunciado el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
«Pero somos a primeira rexión produtora e temos que cumprir a lei», recordaba ayer Salgado. Así que el Intecmar comenzó en el año 2009 a prepararse para el advenimiento de una nueva manera de trabajo que va a alterar la forma de operar de los productores gallegos, especialmente de los mejilloneros. El método químico, con el que se han realizado ya más de 4.000 analíticas, es mucho más preciso que el bioensayo, sí. Sin embargo, el procesado de los datos es difícil de engarzar en un sistema de control que debe responder, con agilidad y rapidez, a las necesidades de un sector capital en la economía gallega. Además, los umbrales de incertidumbre que lleva aparejada cada muestra, amenazan con prolongar los cierres por marea roja.
*Noticia de La voz de Galicia
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| Manu | Fecha: Sábado, 10-01-2015, 12:34 PM | Mensaje # 2 |
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| Más lento, más caro y «no más seguro»
El Intecmar asumió el pasado 1 de enero el cambio del método de referencia para el análisis de toxinas lipofílicas. Esta nueva fórmula ha comenzado a aplicarse para disgusto de la directora del Intecmar. Estas son sus razones.
Operatividad
Tres equipos. La rapidez y la agilidad deben de ser dos mandamientos que nunca se deben perder de vista en el Intecmar. A fin de cuentas, de este centro dependen decisiones que afectan tanto a los productores como a la seguridad alimentaria. «Este método resulta lento para un programa de control como o galego», explicaba Covadonga Salgado. Por eso, ha sido preciso adquirir tres equipos para realizar las pruebas. La directora del Intecmar ponía un ejemplo elocuente. Comparó el bioensayo con un control de alcoholemia que se realiza en carretera y que ofrece un resultado seguro que permite tomar decisiones. El nuevo método sería como un análisis «máis exhaustivo, que nos di exactamente que é o que bebeu o condutor», pero cuyos resultados llegan más tarde.
Coste
Por equipos, materiales y personal. Cada uno de los equipos que ha sido necesario comprar cuestan 250.000 euros. A eso hay que añadir los consumibles, «que son moi caros», y el personal. Y es que estas máquinas exigen ser manipuladas por «personal altamente especializado».
Otras especies
No sirve para todos los grupos de toxinas.
El sistema no es más seguro, explicaba Salgado, porque no sirve para detectar todas las toxinas -solo es válido para las del grupo de las lipofílicas-. Para mantener bajo control al resto es preciso seguir realizando bioensayos.
La incertidumbre
Problemas en la aplicación diaria. El método químico aporta mucha más información que el bioensayo. Sin embargo, además de apuntar el nivel de toxina, el nuevo sistema recoge un margen de incertidumbre que puede pesar como una losa sobre el sector productor. Y es que, en una situación en la que el nivel de toxina esté dentro de los márgenes, pero la zona de incertidumbre se salga de ellos, lo más probable es que se produzca un cierre cautelar.
La prueba
Problemas con el marisco procesado. Cuando se empezó a aplicar el método químico se constató que este hacía variar los resultados de toxicidad en bivalvos que en crudo estaban dentro de los límites, y una vez procesados los superaban. Se comprobó que había que ajustar el sistema. Eso se hará introduciendo un paso más en el proceso de análisis.
Bienestar animal
El cambio de método librará a 18 .000 ratones de una muerte segura. La presión de los grupos animalistas incidió, y mucho, en la sustitución del bioensayo en ratón por el método químico que ahora pasa a ser el de referencia. Cada año, en el Intecmar se realizan una media de 6.000 analíticas para determinar si los bivalvos están afectados por toxinas lipofílicas. Teniendo en cuenta que cada una de ellas exigía inyectar a tres roedores, las cuentas son claras: 18.000 animales dejarán de ser sometidos a estas pruebas.
*Noticia de La Voz de Galicia
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