| Manu | Fecha: Miércoles, 29-10-2014, 3:18 PM | Mensaje # 1 |
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| El CSIC intenta crear una herramienta que permita predecir las mareas rojas
Un estudio aborda los efectos del cambio climático en el cultivo de las bateas
Hay quien oye hablar del cambio climático con la misma indiferencia con la que, cumplidos ya unos cuantos años, escuchamos aquello de que viene el coco. Sin embargo, el cambio climático y sus consecuencias ya están aquí, y en manos de los científicos está descubrir qué podemos hacer para que su impacto en nuestras vidas sea el menor posible. En ello están dos investigadores del CSIC que, de forma coordinada con el Instituto Español de Oceanografía, el Intecmar, el Consello do Mexillón de Galicia, la Universidad de Santiago y centros de Portugal y Canadá, están estudiando cómo afectan las alteraciones del clima en el cultivo de mejillón.
Y es que afectar, afecta. Diversos estudios, elaborados por instituciones como el Instituto Español de Oceanografía o el CSIC, concluyen que en los últimos años el afloramiento costero en el que radica la riqueza productiva de rías como la de Arousa, se ha debilitado. «Perdeu un 45% de intensidades e un 30% de duración», explica Xosé Padín, científico del Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC.
Él forma parte de un equipo que está ultimando el plan de trabajo que desarrollarán en los próximos meses y cuyo fin último es diseñarán herramientas que permitan a los productores de mejillón enfrentarse con cierto rigor y con algo de previsión a dos fenómenos que en los últimos años los traen por la calle de la amargura: las mareas rojas y los desprendimientos de molusco debido a su interactuación con especies como la anémona.
Este trabajo de investigación comenzará, precisamente, haciendo acopio de todos los datos que ya existen sobre la dinámica de la costa gallega. Hay diversos organismos que recaban datos tan variopintos como la temperatura de las aguas o la presencia de nutrientes en ellas, y de lo que se trata ahora es de coordinar toda esa información e intentar establecer «relacións entre esas variables», según explicaba ayer Xosé Padín.
Calcula este científico del CSIC que, allá por el mes de febrero, arrancará la segunda fase del proyecto. Para ello se monitorizarán en tiempo real cinco bateas de la ría de Arousa, cuya ubicación aún está por determinar. «Queremos ver cales son as zonas máis representativas», explicaba ayer Padín. Según argumentaba, cada dos semanas un equipo técnico visitará las bateas elegidas para hacer un trabajo sobre el terreno. Además, se acoplarán sensores tanto a los ejemplares de mejillón como a las bateas para estudiar el comportamiento que tienen los bivalvos en función de las condiciones ambientales.
Con todos esos datos sobre la mesa, se llegará a la tercera fase del proyecto, quizás la más importante. Pasará esta por desarrollar herramientas de gestión para el sector de la miticultura, a fin de que los productores puedan adelantarse a acontecimientos que, como las mareas rojas, parecen capaces de destrozar sus previsiones de trabajo
*Noticia de La Voz de Galicia
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