Las descargas de mejillón se apuraban ayer en puertos como el de A Pobra.

Ayer no era un buen día para hablar con los bateeiros arousanos. Cundía el pesimismo, el hartazgo y, por qué no decirlo, también el cabreo. Sin excepciones, productores de distintas agrupaciones de Barbanza criticaron que la Consellería de Mar emitiese un comunicado alertando de dos intoxicaciones por consumo de mejillón con toxina amnésica y puntualizando que ese bivalvo había sido comprado a un mejillonero. Les parece extraño que alguien venda molusco afectado por la marea roja y les parecen exagerados los síntomas que Mar dijo que presentaron los intoxicados. En todo caso, indicaron que se está creando una «psicose inxustificada e unha asociación continua da toxina co mexillón galego que non é nada boa».

Pero el cabreo y el pesimismo no venía exclusivamente por ahí. Ayer en la ría arousana empezaba a cundir el pánico porque la toxina se acercaba. De hecho, ya había viveros cerrados en el vecino estuario pontevedrés. Así que no faltaban productores que pronosticasen que era cuestión de días que la marea roja les afectase y les volviese a parar la extracción.

En lo que no había unanimidad es en cómo está yendo el ejercicio. Para algunos productores, sobre todo los que tienen bateas en la parte más exterior de la ría y, por tanto, en zonas donde la toxina afecta más, este ejercicio está resultando igual de horripilante que el anterior. Sin embargo, ayer, desde sitios como A Pobra hablaban de que en los últimos meses«vendeuse como hai moito tempo que non se facía». De hecho, ayer mismo la actividad en los puertos de los barcos mejilloneros era frenética. Descargaban bivalvo para la industria.

* Noticia de La Voz de Galicia