El virulento episodio de toxina que comenzó a detectarse en las rías a principios de octubre aún continúa presente en algunos polígonos bateeiros. Sin embargo, afortunadamente, hay más zonas libres de ella que afectadas, así que el sector en su mayoría está activo en la ría de Arousa. Algo peor está en Muros, donde sigue cerrada la zona de producción más grande. Sobre todo en el estuario arousano, se están produciendo numerosas descargas estos días, aunque recuperar el tiempo de paro parece misión imposible. Una voz autorizada del sector hablaba así ayer: «O ano está perdido. Os desplomes nalgúns casos superan o 60%».

La situación de los mejilloneros, pese al respiro dado por la toxina, sigue siendo nefasta. El obligado paro y los temporales hicieron que se desplomase numeroso bivalvo, así que muchos empresarios se están encontrando con la desagradable sorpresa de que tienen mucha menos producción de la que esperaban. Aún así, estos días se están produciendo descargas al por mayor, tal y como podía verse ayer por la mañana en el muelle de Cabo de Cruz. Fuentes del sector indicaron que al fin se está vendiendo para la industria -se había empezado con esta campaña cuando apareció la toxina y obligó a pararla- y que también está funcionando bien el mercado de fresco debido a la exportación, que es la gran baza en estos momentos.

Un poco distinta es la situación del sector en la ría de Muros. El episodio de toxina fue mucho más prolongado y aún sigue cerrado el polígono más importante. Manuel Rama, presidente de los mejilloneros muradanos, señaló: «Este ano non foi bo, aquí moitos seguimos parados».

Algunas fuentes apuntaban ayer a que la toxina aún puede dar algún disgusto más antes de final de año, tal y como se presenta el tiempo. Y cruzaban los dedos para que no fuese así.