Bueu lideró la vuelta al trabajo y ahora toda la ría regresa a la producción.

Sacos de mejillón colgados bajo una batea a causa de un paro en la recogida por toxina.

El sector bateeiro de la ría de Pontevedra ya ve la luz al final del túnel. Han sido prácticamente siete meses de inactividad a causa de las continuas mareas rojas que han asolado a un sector, herido casi de muerte en algunos casos, y al que le llega ahora su gran momento para intentar remontar el vuelo, siempre y cuando las actuales condiciones en las aguas se mantengan.

El pasado jueves, a última hora de la tarde, el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia (Intecmar) levantaba el veto a todos los parques del área de influencia de la ría de Pontevedra. Los bateeiros de Bueu y Portonovo respiraban aliviados al comprobar que la maquinaria y el proceso productivo podían volver a funcionar a pleno rendimiento.

Pasar de la producción cero al límite que marque el mercado en estado puro es una oportunidad que no se quiere dejar escapar porque se presenta como vital recuperar, a contrarreloj, todo el terreno perdido.

La marea roja había paralizado la producción, roto la cadena empresarial y dejado pasar de largo un mercado, el veraniego, en el que muchos tenían depositadas gran parte de las expectativas económicas de todo el año. Ahora se empieza, poco a poco, a superar los efectos de la cuarentena vivida y a intentar extraer, procesar y vender el mayor número de producto posible.

Todos los parques del área de influencia de Pontevedra se han sometido a los procesos de control de calidad en las aguas y se ha determinado que poco a poco la presencia de la biotoxina iba remitiendo y se consideraban aptos para el consumo y la comercialización.

Con las alarmas apagadas, la calidad del mejillón gallego debería de permitir recuperar el tiempo y el terreno perdido frente al de sus competidores extranjeros, aunque la lucha por las cuotas de mercado se atisban tan duras como de costumbre, y más ahora que se parte con la desventaja de haber estado parados varios meses.

Toda Galicia respira

Las buenas noticias llegadas de los técnicos del Intecmar no han sido exclusivas para la ría de Pontevedra. En la vecina bocana de Arousa también gozan de la práctica totalidad de sus parques abiertos y listos para la producción. Comienza en noviembre un período intenso y clave para el futuro a corto plazo del sector bateeiro gallego.

La cuantificación de las pérdidas económicas es realmente difícil de tasar porque no se podrá saber cómo habrían evolucionado los precios en los picos más altos del mercado durante los meses en los que la producción se ha detenido. Ahora todos los profesionales del sector se centran en intentar que 2014 pueda mejorar a 2013.

*Noticia de La Voz de Galicia