La marea roja ha alcanzado con fuerza la Ría de Arousa. Desde ayer trece polígonos bateeiros de esta zona se suman a los cierres decretados por el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia en la Ría de Pontevedra. En concreto, las primeras subzonas que recibieron la orden de cierre fueron los polígonos Grove C1, C2, C3 y C4 tras detectar cambios correspondientes a la afectación por toxinas lipofílicas, pero a lo largo de la mañana se fueron sumando los polígonos de Ribeira B y C y en A Pobra H y D. Así lo recoge el informe de situación por zonas de los viveros flotantes de Galicia, con fecha de este mismo martes, 2 de marzo, que publica el instituto público en su página web. La afectación por toxina lipofílica también alcanzó los polígonos Cambados A2, A1, B y C (norte) y C (Sur). Los polígonos de bateas de Arousa se suman a todos los de la Ría de Pontevedra, que permanecen cerrados desde el día 13 de marzo (Portonovo A, B y C y Bueu A2), desde el día 15 (Bueu A1 y Bueu B) y, más recientemente, desde el pasado Jueves Santo, 28 de marzo, en Cangas A y Cangas B.
El incremento de temperaturas registrado en las últimas horas ha provocado que la toxicidad se propagase con rapidez por el litoral gallego favorecida por los vientos. Los cierres decretados ayer en Arousa, deja la Ría más productiva de mitilo bajo mínimos con tan solo ocho polígonos bateeiros abiertos.
Hay que destacar que el episodio actual de toxina se produce en un momento en el que no hay una gran actividad comercializadora de mejillón. Aún así, el sector se encuentra pendiente de los resultados de las analíticas que practica diariamente el Intecmar, puesto que de prolongarse durante semanas sí afectaría finalmente a la actividad de los bateeiros. Y es que la marea roja es uno de sus principales temores, puesto que ya tiene mermados sus ingresos en más de una ocasión. En lo que respecta a la presencia de toxina, es un fenómeno que responde de forma exclusiva a circunstancias naturales en las que influyen la combinación de elementos como la temperatura de las aguas, las corrientes o incluso los índices de pluviosidad, entre otros.
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