La toxina lipofílica avanza sin freno por la costa gallega y mantiene cerrados el 86% de los polígonos bateeiros arousanos. Los resultados de los muestreos del Intecmar no son halagüeños e indican que el episodio tóxico todavía no ha llegado a su tope. "O importante é saber cando chega a súa máxima expansión porque logo ten que comezar a remitir”, advierten fuentes del sector.

Y es que a pesar de que no se puede hablar de desabastecimiento en el mercado ya que existen, aunque pocos, polígonos abiertos, el temor a no poder cumplir con los pedidos y dejar "colgado” al cliente hace que muchos cocederos y conserveras hayan optado por suspender el inicio de la campaña.

El último muestro realizado en la ría más productiva de mejillón ha obligado al cierre de cuatro nuevas zonas de extracción en la que se ha detectado la presencia de esta toxina.

Se trata del segundo episodio  de marea roja que el sector vive este año y llama la atención como el anterior que duró varios meses y obligó al cierre de casi el 100% de la costa gallega por su virulencia y rápida propagación. Una situación que se repite cada cierto tiempo en aguas gallegas y que está siempre directamente relacionada con la meteorología reinante y, sobre todo, la temperatura del agua y la incidencia de los vientos, que introducen en la ría el fitoplancton portador de biotoxinas existente en la plataforma continental.

En los últimos día, fuentes de la Consellería de Medio Rural e do Mar han indicado que "la presencia de toxinas en los moluscos, conocida popularmente como marea roja, es un fenómeno totalmente natural en Galicia”.  Asimismo, explicaron que estas toxinas "no afectan en absoluto al bivalvo”, aunque sí pueden "tener algunos efectos sobre la salud del consumidor”, entre los que se encuentra la diarrea. Por esta razón, la Xunta ha señalado que es necesario "prohibir la comercialización de los productos de las zonas afectadas por este fenómeno”.

A pesar de esto, insisten que "este episodio está perfectamente controlado” y ha indicado que el Intecmar realiza controles diarios en los que analiza la presencia de toxinas en los polígonos ‘bateeiros’ y en las zonas de producción de moluscos infaunales.

Para concluir, la Consellería recordó que "todos los productos adquiridos a través de los cauces legales de comercialización pueden consumirse con todas las garantías”.

Finalmente, cabe recordar que el Intecmar cuenta con una red de muestreo para el control de las biotoxinas en viveros de cultivo compuesta por 52 puntos primarios estratégicamente escogidos entre los considerados de más rápida afectación, situados en otras tantas bateas de mejillón, con una frecuencia de muestreo variable. En esta red, las muestras se toman por alturas -de 1 a 5 metros, entre 5 y 10 metros, y a más de 10 metros- para posteriormente poder hacer análisis de muestras integradas o separadas.

El conjunto de todos estos puntos de muestreo se traducen en un intensivo sistema de control analítico, que supone más de 17.000 análisis al año.