Hasta que se apruebe el nuevo plan para este año, los trueleiros no podrán capturar camarón con este arte porque podrían enfrentarse a importantes sanciones económicas. Y es que mientras Mar no le dé el visto bueno al documento la treintena de trueleiros que se dedican a la actividad no disponen del permiso que les  habilita para poder despachar con este arte. Fuentes de la administración autonómica aseguran que se encuentran a la espera de una documentación que ya han solicitado al pósito isleño, pero por el momento no han recibido esta información.

Una versión que contrasta con la ofrecida por la Cofradía de A Illa que asegura ha enviado toda la documentación en tiempo y forma el pasado mes de octubre entre la que se incluía la lista de embarcaciones, los permisos de los productores de mejillón y también las personas que se encuentran en la lista de espera que superan los 200. De hecho, ha sido el pósito isleño el primero en dar la voz de alarma sobre este vacío legal.

Cabe recordar que durante el pasado año la actividad estuvo rodeada de polémica en la Ría de Arousa y que cuentan con la oposición de una gran parte del sector bateeiro que ya han  manifestado en más de una ocasión su negativa a la renovación del plan. El conflicto entre ambos sectores no es nuevo, pero hasta el año pasado permanecía latente e incluso se podía hablar de convivencia.

Cerca de 800 bateas decidieron dar un paso al frente denunciando sabotajes y pérdidas económicas muy importantes al año que atribuyeron al sector del truel. Cortes de cuerdas, rotura de carteles y su forma de trabajar colmaron la paciencia de productores arousanos que incluso llegaron a pedir la intervención de la Guardia Civil.

Unas actuaciones que en todo momento fueron negadas por los trueleiros que apuntaron a venganzas entre los propios bateeiros.

El sector del truel cuenta con el permiso de 350 bateas de la Ría de Arousa para practicar su oficio, un requisito indispensable para subirse a la batea para colocar la nasa o trabajar con truel.

Desde la Consellería do Mar se ha invitado en más de una ocasión a la convivencia pacífica de ambos sectores para evitar enfrentamientos, incluso se ha tratado de convocar una reunión a tres bandas, pero los productores de mejillón se han negado en rotundo.

La empresa de vigilancia contratada por algunos colectivos bateeiros sigue realizando controles por sorpresa por la Ría de Arousa para evitar que algún trueleiro se suba a bateas en las que tienen expresamente prohibido trabajar, pese a que por el momento no hay nuevo plan.

Y es que el sector productor de mejillón lleva una mala racha marcada por la marea roja lo que les ha impedido trabajar con normalidad y ha facilitado los desplomes de la producción.