Aunque hay algunos casos en Cangas y Vigo, en la ría más grande del mundo están casi todas las bateas que producen mejillón ecológico.

Al negro de su concha y al naranja de su carne, el mejillón gallego ha ido sumando otros colores importantes. Para disgusto de los bateeiros, con frecuencia las mareas rojas obligan a interrumpir la comercialización de este molusco. Y desde hace cuatro años, ha comenzado a salir al mercado mejillón verde: un bivalvo protegido por la etiqueta del Consello Regulador da Agricultura Ecolóxica.

Fue en la ría de Arousa donde se implantaron las primeras bateas amparadas por ese sello de calidad. Mejilloneras que son tratadas con productos biológicos, en las que los residuos del laboreo del bivalvo no son lanzados al mar, sino que se transportan a tierra para abonar tierras, y en los que el molusco sufre un seguimiento intensivo desde que se cuelga por primera vez de las cuerdas.

En estos momentos, unas cincuenta bateas están certificadas y autorizadas para poner en el mercado mejillón ecológico. Y aunque la etiqueta verde del mar ya ha puesto algunas picas en otras rías -en Cangas y en Vigo-, lo cierto es que Arousa sigue siendo el bastión de este producto. A los mejilloneros de Vilanova que abrieron camino se han ido sumando bateeiros de A Illa, de Boiro y de Rianxo.

El número de bateas amparadas por este marchamo de calidad crece. Pero el volumen de mejillón que se comercializa bajo esta etiqueta no lo hace al mismo ritmo. «Empezamos en el 2010 con una cantidad pequeña, porque se estaba arrancando. Y hasta el 2013 crecimos mucho. Pero a partir de ahí, aunque sigue habiendo crecimiento, este está un poco estancado», según explican los productores que se han apuntado al verde.

Y es que los canales de comercialización y distribución de este producto -el primero del mar que logra esta distinción- aún no están preparados para asumir grandes volúmenes de bivalvo. Y la demanda, en España, no es la misma que en otros lugares de Europa. «Aunque hay mucha gente concienciada, el precio de los productos certificados se encarece, y en estos momentos no todo el mundo puede pagarlos», explican desde el puerto de Vilanova.

Los primeros mejilloneros que se lanzaron a la producción verde venden bivalvo fresco en el mercado francés «gracias a un acuerdo al que hemos llegado con una depuradora que está certificada». El resto se envía para ser procesado y enlatado. Pero las fábricas que han apostado por el mejillón ecológico son pocas. En la orilla sur de la ría de Arousa, el registro del Consello Regulador da Agricultura Ecolóxica recoge dos: la vilaxoanesa Mejillones Ría de Arosa y la vilanovesa Conservas Antonio Pérez Lafuente. También figuran algunas comercializadoras, como Moules de Arousa o Dimesalnés.

Esa demanda limitada se traduce en que muchos bateeiros, pese a cumplir todos los requisitos, acaban comercializando su cosecha como mejillón normal. Eso puede desanimar a algunos, que comienzan a pensar en arrojar la toalla. Pero otros siguen confiando en la marca verde que en el año 2013 -las cifras del 2014 aún no se conocen- acompañó a 259 toneladas de mejillón gallego.

_{*Noticia de La Voz de Galicia}