La fugaz apertura de un polígono de O Grove a finales de la pasada semana y el sorpresivo cierre de otro en Vilagarcía este mismo jueves han vuelto a poner del revés los mercados del mejillón gallego. De nuevo, producto que había sido extraído de polígonos abiertos tuvo que ser recuperado cuando, en algunos casos, ya estaba en destino. Tantos viajes con retorno parecen haber agotado las reservas de paciencia de un sector que no acaba de dar crédito a lo que está ocurriendo este año. Por esa razón, un grupo de exportadores de mejillón y una de las principales organizaciones de bateeiros gallegos quieren mantener una reunión con el secretario xeral de Mar, Juan Maneiro, para «pedirle explicaciones». El encuentro, que iba a celebrarse ya el pasado jueves, fue finalmente aplazado. Pero el colectivo no se olvida de esa cita pendiente.

«É que este ano chove sobre mollado», explica, cansado, un productor arousano. Cuando en octubre la toxina irrumpió en las rías sin que el Intecmar fuese capaz de anunciarla, ingentes cantidades de molusco tuvieron que hacer el viaje de vuelta a las bateas. Era la tercera vez que ocurría en el transcurso del año y, pese a las dantescas imágenes registradas entonces, tampoco fue la última.

«Queremos que la Xunta nos explique qué es lo que está pasando. Algo se está haciendo mal y hay que corregirlo ya, porque se está perdiendo mucho dinero», dice un empresario dedicado a la exportación de mejillón. Los bateeiros comparten el comentario y entonan un réquiem por la confianza perdida en el Intecmar. «Non nos fiamos, non nos podemos fiar», dicen los responsables de algunas organizaciones que ya no se atreven a planificar extracciones de zonas si no tienen un análisis que ratifique los datos facilitados desde el centro de Vilaxoán.

Hasta la fecha, la Xunta y el Intecmar han rechazado de plano las quejas lanzadas desde el sector contra el funcionamiento del servicio de control. Y han esgrimido, como argumento, la voluntad del centro por hacer los análisis con la mayor agilidad y por transmitir la información con toda la rapidez posible. Pero la página web de la que tan orgullosos se han mostrado los responsables de Mar también se ha convertido en blanco de las críticas del sector. Productores, depuradores, exportadores y cocederos se quejan amargamente de cómo está funcionando un servicio del que depende la planificación de un sinfín de empresas. «O que está pasando coa web é unha vergoña. Os mapas moitas veces aparecen mal, e polígonos que están abertos aparecen como pechados e os que están pechados aparecen como abertos», razona un productor.

Los fallos en la web, dicen otras voces, no son más que un síntoma más del caos en el que se ha transformado este episodio de toxina. Una marea roja que ha arruinado la confianza del sector en sus propias estructuras. «Hay miedo por la campaña de Navidad, cuando hay empresas que cargan hasta 50 camiones al día. Necesitamos seguridad de que no va a ser preciso traerlos de vuelta», se justifican los exportadores.