Los vientos del sur rotagonistas de las últimas horas han recrudecido la situación del episodio tóxico y han obligado a cerrar un polígono bateeiro en la Ría de Arousa, el Cambados A2 E. El cambio anunciado por la mañana en la web del Intecmar deja un solo polígono arousano abierto, el Pobra A. A este se suman los cinco de Redondela en la Ría de Vigo. La decepción era ayer palpalble entre el sector productor de mejillón arousano que no se esperaba este cierre, sino que confíaban en que se pudiese trabajar además de en  estos dos en el Vilagarcía A. Pero no fue así, los vientos del surno solo trajeron lluvia a buena parte de Galicia también impidieron que la toxina redujese su incidencia en las rías gallegas.

La nota positiva del día llegó a última hora de la tarde con la apertura de una nueva zona de marisqueo, la III, en la Ría de Arousa. Mientras y a la espera de nuevos análisis que arrojen más cambios, siguen cerradas las zonas I y II.

Por su parte el Intecmar continúa redoblando esfuerzos y también los controles sobre las aguas para tratar, dentro de los posible, agilizar las aperturas tanto de los polígonos bateeiros como de las zonas de marisqueo.

Cabe recordar que en los últimos días y tras decretarse el cierre de practicamente la totalidad de la costa gallega a la extracción de mejillón han sido muchos los productores que han tenido que devolver un importante número de partidas con toxina a sus bateas para tratar de evitar que las pérdidas sean las menos posibles. Conscientes de que una gran parte de ese producto "ya esta tocado”, piensan ya en medidas como aumentar las cuerdas de sus bateas para al menos salvar la próxima cosecha con el desdoble. Pese a que en la Ría de Arousa la mayoría de la flota mejillonera está a la espera de la vuelta al trabajo, es habitual el trasiego de barcos en los polígonos bateeiros. Los productores a pesar de no vender mejillón tienen una ardua tarea, la recolocación de su producción en sacos en las bateas y controlar como está respondiendo el molusco a esta situación. Mientras tanto desean que la marea roja desparezca del escenario público.