Tan solo dos polígonos bateeiros de la costa gallega se salvan de los efectos de la marea roja, los Sada A y B, de la Ría de Ares Betanzos. Y es que la toxina lipofílica no da una tregua al sector que comienza ya a preocuparse debido a la permanencia de este episodio en todo el litoral gallego. La situación es especialmente preocupante en aquellas depuradoradoras que solo trabajan con mejillón gallego y que, desde hace semanas, no pueden responder a la demanda de sus clientes. Los muestreos diarios realizados por el Intecmar desde que la toxina lipofílica llegó a la costa revelan que la marea roja podría impedir durante una larga temporada la extracción de mejillón.
Serán las condiciones climáticas y los vientos los que pongan fin a este episodio tóxico que ya afecta al litoral gallego desde mediados del mes de marzo y que parece que se resiste a abandonar. Los productores confían en que la situación mejore en las próximas semanas.