Sin paños calientes, así mostró su malestar la industria conservera al secretario xeral do Mar, Juan Maneiro, y la directora del Intecmar, Covadonga Salgado, durante la reunión mantenida ayer en la sede de Anfaco en Vigo. La cita que se enmarca dentro de la ronda de contactos con los distintos agentes del sector del mejillón a raíz del episodio tóxico estuvo marcada por las críticas al protocolo de actuación del Intecmar.

El secretario general de Anfaco, Juan Vieites, a la salida del encuentro apuntaba que "la industria conservera tomará sus medidas de control porque ha perdido la confianza en el Intecmar”. Y es que asegura que las pérdidas para este sector "son muy importantes, pero todavía están sin cuantificar”.

Para Vieites así como para el resto de los representantes conserveros que acudieron a la reunión hay una cosa clara: "Los protocolos no han funcionado bien. Solo han servido para que el mejillón con toxina no hubiese llegado al mercado, pero no para evitar cuantiosas pérdidas a cocederos y conserveras”. Si bien apunta que "entendemos que no es un sistema de certificación y que la rapidez del episodio ha jugado en contra, también sabemos que el Intecmar es el único con la potestad de abrir y cerrar polígonos”. El secretario general de Anfaco apunta que "este episodio evidencia que es necesario un cambio en el sistema de control y que no se pueden aferrar a que funcionó bien durante veinte años. Hay que revisarlo, está claro”.

La reunión que se prolongó más de dos horas y en la que la tensión protagonizó buena parte de la misma fue calificada como positiva por parte del sector conservero. "Hemos quedado en colaborar de cara al futuro para mejorar los mecanismos y evitar que se vuelva a producir un incidente como este”, dijo Juan Vieites y añadió "sabemos que no han actuado en ningún caso de mala fé, pero es preciso definir los sistemas de muestreos”.

En este sentido, señala que "no debemos olvidar que Noia se cerró después de que una conservera levantase la voz de alarma de que el berberecho no daba bien en los controles y que la zona llevaba días sin muestrear”.  En el caso de los polígonos bateeiros, advierte de que "el cierre fue el día 9, pero no se había muestreado los días previos y eso es lo que no puede ser”.

Por otro lado, la industria conservera que no confía en recibir ningún tipo de ayudas que palíe estas pérdidas por parte de la administración autonómica ya está tomando medidas legales. "Se está devolviendo mucho producto, pero por el que ya está estuchado se reclamarán daños a quien pertenezca o bien a productores o bien a cocederos”, advierte Vieites. "Lo que está claro es que no nos vamos a quedar con los brazos cruzados porque lo que tenemos claro es que nosotros queremos tener las máximas garantías de la materia prima que transformamos”, puntualiza.