Alguien definió una vez al sector mejillonero como un gigante con los pies de barro. Lo dijo en un momento en el que las guerras internas provocaban un reguero de escisiones de Opmega, la organización de productores que representaba a la inmensa mayoría de las bateas gallegas. De eso pasaron ya años. Y la situación no solo no ha mejorado, sino que la atomización es cada vez mayor. Solo en Barbanza hay diez agrupaciones distintas de bateeiros, conviven tres organizaciones de productores (están por encima de las agrupaciones) y hay numerosos empresarios que venden por su cuenta. Esta división, en tiempos de bonanza, se sobrellevaba a duras penas. Ahora, directamente, se atraganta.

Barbanza es el retrato perfecto de esa división. En Rianxo hay dos agrupaciones; en Boiro seis; en A Pobra dos; en Muros una. Hace unos años, aunq ... Leer más »

Normalidad y tranquilidad. Así puede resumirse la situación que atraviesa en la actualidad el sector mejillonero gallego, una vez superado un nuevo episodio tóxico.

La práctica desaparición de las biotoxinas marinas hace que solo continúe prohibida la extracción en trece polígonos que suman un reducido número de bateas. Esto es tanto como decir que están operativos, y que por tanto puede comercializarse su mejillón, un total de 37 polígonos de viveros flotantes, de los cuales veinte se encuentran en aguas arousanas, entre ellos algunos de los más importantes.

Si se analiza la situación por rías puede indicarse que el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar) mantiene cerrados los dos polígonos existentes en la ría de Ares-Betanzos.

En la arousana, como queda dicho, hay un ... Leer más »