La situación ha cambiado, y mucho, para los productores de mejillón. Es cierto que el molusco no esta aún en su mejor momento, y también que la actual no es época propicia para las ventas, pero al menos la reducción de biotoxinas marinas va a permitir comercializar parte del producto que aún quedaba en la cuerdas.
Y es que la reducción de niveles de células tóxicas ha sido tan importante en las últimas jornadas que en la actualidad ya hay una treintena de polígonos bateeiros abiertos, y por tanto aptos para la extracción y comercialización, si los productores lo estiman oportuno.
La ría de Arousa, sin duda la más importante de Galicia -y del mundo-, provista además del mayor número de bateas -2.292 sobre un total de 3.337- está en la actualidad completamente abierta.
Tras las últimas resoluciones dictadas por el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar), con sede en Vilagarcía, ya no queda en la ría ni una sola batea afectada por la popularmente conocida como marea roja, en lo que a cultivo de mejillón se refiere.
Otra cosa bien distinta es el caso de los parques flotantes de cultivo de ostra, pues en este caso hay que destacar que el polígono Grove B está cerrado, mientras que están operativos el Grove A y el Cambados D.
Pero volviendo a la producción de mejillón, hay que destacar que si bien Arousa está ahora mismo completamente exenta de biotoxinas, en el lado contrario de la balanza se sitúa la de Pontevedra, incapaz de sacudirse el episodio tóxico que comenzaba en marzo.
Por este motivo, los ocho polígonos pontevedreses -346 bateas- continúan actualmente cerrados, como también lo están los Sada A y Sada B, ambos en la ría Ares-Betanzos, y como sucede con el polígono de Corme-Laxe.
Por el contrario, en la ría de Baiona su único polígono está abierto a la extracción, al igual que sucede con cuatro de los existente en la ría de Vigo, donde, por el contrario, está prohibida aún la extracción de mejillón en otros ocho.
En definitiva, que la situación ha mejorado considerablemente respecto a las últimas semanas. Ahora solo queda esperar que el mejillón gane en tamaño y calidad.