La pescadilla, en el caso de los bateeiros, está harta de morderse la cola. El sector hace tiempo que encadena desgracias y parece que unas acaban atrayendo a otras, en un círculo que pinta inagotable. Ahora, uno de los problemas a los que se enfrentan los mejilloneros es que los temporales no solo han dado al traste con parte de su producción, sino que han dañado muchos viveros. Y si el viento y el mar hicieron tanto daño no es solo porque azotasen con fuerza, sino porque las bateas tienen un falta de mantenimiento importante y eso las pone en una situación peliaguda. Hay, según explican quienes se dedican a repararlas o construirlas, decenas de estructuras dañadas. Muchas de ellas están ubicadas en Arousa norte.

Hace años, cuando el sector no había entrado en el horrendo bucle en el que está ahora, los bateeiros llevaban a rajatabla lo de la puesta a punto de sus viveros, conscientes de que hacer un buen mantenimiento era la principal protección ante los temporales. Pero ahora la cosa ha cambiado. Lo explican empresarios como Juan Ordóñez, O Latero, de Rianxo, que se dedica a reparar bateas: «Cando había cartos facíase ben o mantemento, pero agora estase aforrando niso e hai moitas mexilloeiras en precario. E iso ten un perigo moi gordo, pasa como cos coches, que se non lle cambias o aceite ao final o que che falla é o motor».

La razón no se la quita otro empresario del ramo, Ricardo Alcalde, y también de Rianxo: «Hai moitísimas bateas que quedaron danadas, algunhas porque xa non estaban ben, dado que se lles fan menos revisións ca antes. E por riba o mar que houbo foi moito, veu con moita forza, e iso fixo moito dano».

Hay bateas con desperfectos en numerosos puntos, de hecho, las empresas que se dedican a repararlas señalan que no dan abasto estos días. Trabajan, sobre todo, en los polígonos más expuestos al oleaje, como los de Meloxo, Aguiño o Palmeira. Pero incluso tuvieron que hacer reparaciones en viveros ubicados en Boiro, Vilanova o Rianxo, es decir, en zonas en teoría bastante más protegidas. Las dos firmas citadas, y otras como Santiago y Pablo Rías Baixas, también con base en Rianxo, todas ellas dedicadas al arreglo de mejilloneras, hacen un diagnóstico de la situación bastante preocupante: «Ao sector vaille mal e ás bateas igual ou incluso peor», dicen desde estas compañías.