La única organización de productores de mejillón tenía previsto celebrar elecciones anteayer, pero al final los actuales dirigentes continúan al frente.
La delicada salud del sector mejillonero se refleja en numerosas cuestiones; cualquier proceso se reviste de complejidad tras un año durísimo, en el que gran parte de la producción acabó en el fondo por las toxinas, los temporales y, también, porque cuando se pudo sacar bivalvo, cuando el mejillón tenía un aspecto envidiable y salud de hierro, no siempre hubo pedidos. En ese contexto, el proceso electoral que vive Opmega también se complicó. ¿Por qué? Por distintas cuestiones. Entre ellas, lo difícil que resulta que alguien quiera coger la riendas de la única organización de producción mejillonera y entidad mayor del sector "aglutina a un total de 780 bateas" en un momento tan peliagudo.
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