Dicen los responsables de la división química de Repsol y de Tepsa, perteneciente al grupo industrial gallego Plásticos Ferro, que hasta los mejillones lo agradecerán, y posiblemente no les falte razón. Se refieren a la construcción de bateas usando polietileno en lugar de la tradicional madera de eucalipto. Los fabricantes señalan que se trata de la más avanzada tecnología y para ello realizaron una presentación de un prototipo de cuarta generación en el puerto de O Freixo, en Outes, para dar a conocer las ventajas de este producto y cual es la apuesta y compromiso de ambas para conquistar el mar o, por lo menos, las rías. Por el momento aún son sólo tres las bateas que tienen repartidas por la ría de Noia, para el engorde de almeja, ostra y berberecho, y en Combarro (Pontevedra). Lo que tienen claro los empresarios es que la estructura resulta más flexible y duradera que la de madera, no en vano garantizan un mínimo de 25 años, frente a 20 de las que usan el otro material.  

Tanto el director general de Negocio de Poliolefinas  de la División Química de Repsol, Esteban Gimeno, como el consejero delegado de Plásticos Ferro, José Marcial, tienen claro que este material destaca por su protección del medio ambiente, además de ofrecer una mayor seguridad de los bateeiros frente a accidentes y un mayor rendimiento, al evitar desprendimientos de mejillones en épocas de temporales. También sostienen que le proporciona a la batea "sostenibilidad, futuro y funcionalidad”. Se trata del mismo material que emplea desde 1999 para elaborar cajas para el pescado, cuando también sustituyó a las de madera. En el caso de las bateas, se plantea como una alternativa frente al cada vez más complicado acceso a la madera de calidad y buen precio. También puntualizaron que no necesita ninguna impregnación de pintura para resistir mejor la acción del mar, ni tiene problemas de organismos acuáticos que se adhieran a la estructura, que precisó es de fácil montaje por parte del propio bateeiro, como si de un mecano se tratase.